La Vida no castiga, la Vida enseña.

Nov 7, 2011

Algunas veces, ante algunas situaciones de la vida, tomamos decisiones en las que el corazón nos dice que no actuamos correctamente…pero el cerebro nos hace ver los beneficios de no seguir su dictado….. y creemos al cerebro, acallando sus argumentos con toda una batería de argumentos contrarios.
¿Como nos sentimos en el fondo….después de decirnos «lo listos» que hemos sido?
¿Cuantas veces, con el tiempo, nos damos cuenta de que lo creímos beneficio propio ha resultado ser una gran perdida?

Algunas veces no es «ir en contra» de alguien de manera concreta….lo que hacemos es construir nuestra lista de prioridades basándonos en el interés propio….normalmente aquí salen perjudicadas las personas que nos aman….sabemos que por nuestras decisiones, podrán enfadarse un poquito…. pero su amor hacia nosotros hará que su enfado sea inferior a sus sentimientos. Si se enfadan mucho….es cuestión de aguantar el chaparrón….y listo. Otras veces ni nos planteamos como les afectaran nuestras decisiones.
No valoramos su decepción, su tristeza, su soledad….esas las apartamos de nuestra mente.
¿Tan necios somos que no entendemos que al actuar así sistemáticamente acabaremos alejándolos?
Solo hay que ponerse en el lugar del otro….¿como reaccionaríamos nosotros? muchas veces con mucho menos aguante 🙁

Solemos actuar así de impunemente con padres, pareja, hijos,amigos…y personas de nuestro entorno a los que percibimos como inferiores…..
Por el contrario «nos esforzamos» por el famoso de turno, el que puede ofrecernos algún beneficio económico o de poder…o por quienes sencillamente nos distraen y nos ayudan a distraernos de nosotros mismo….o por el desconocido al que vete a saber porque razón queremos impresionar…y además como no nos conoce le podemos colar una versión muy mejorada de nosotros mismos.

Señoras/señores….. cuando actuamos así, resulta que lo que ponemos en evidencia es que solo nos importamos a nosotros mismos y que los demás son solo útiles para nuestro beneficio sin compensar nunca lo que recibimos de ellos.

Leí hace poco una frase que me marco….»alcanzamos la madurez cuando pasamos a pensar primero en los demás y después en nosotros mismos» la primera impresión fue de que nosotros somos «tan importantes» como el resto…..pero no, siendo cierto esta apreciación…precisamente ella es la que marca la diferencia. Hay EGOÍSMO (se que lo que me hace feliz a la larga ha de ir acompañado de que sea bueno para todos…incluso cuando yo no salgo beneficiado) y egoísmo (lo que me hace feliz es lo que es bueno para mi independientemente de si es bueno para todos) cuando alcanzamos la madurez ya comprendemos que si manifestamos EGOÍSMO ganamos todos y si es egoísmo…aunque a la corta nosotros ganemos…. a la larga perdemos todos.

Las dos manifestaciones son igual de validas….y demuestran perfectamente el estadio en el que estamos.

Al final….. una provoca satisfacción intima y la otra una especie de ceguera que acaba asentada como insatisfacción propia y muchas veces soledad.

Y la Vida…  que tiene unas leyes inapelables… por mas que intentemos hacerle trampas, tanto si las conocemos o sencillamente ni nos pasan por la cabeza y por ello las transgredamos , nos devuelve y con creces el sentimiento primario que hemos lanzado con nuestras intenciones ( no hablo de lo que lanzamos aparentemente…que el lobo muchas veces se disfraza de cordero)no es lo mismo dar sin esperar que dar para ser bien visto o pensando en recibir algo….. y la vida lo hace porque es sabedora de como funcionamos y que solo comprendemos la sabiduría de sus leyes sufriendo en propia carne nuestros desatinos… Nos ira incrementando lo que nosotros catalogamos como fracasos o infortunios hasta que al final lo pillemos y mas tarde lo asimilemos.

Tardemos el «tiempo o vidas» que tardemos al final AFORTUNADAMENTE  aprendemos.
La duración del dolor y su intensidad solo dependen de nosotros mismos, no se nos da ni un mili segundo de sufrimiento gratuito. La Vida no castiga, la Vida enseña.  Y el sufrimiento…al fin y al cabo…no es más que la advertencia y de la Vida de que ese no es el camino a la sabiduria.