250- El dolor no puede traspasarse

Jul 3, 2025

Cuando un ser querido sufre una enfermedad  dolorosa, con remedios paliativos poco eficaces… muchas veces desearíamos poder intercambiarnos, para poder quitarles ese sufrimiento que le atenaza.

Pero no podemos.

Se siente mucha impotencia y desespero.

El dolor ajeno conmueve los corazones sensibles, mucho más si lo padecen personas cercanas emocionalmente.

Podemos ser plenamente conscientes de su dolor, acompañarlo en su desgracia… pero el dolor es suyo, no podemos intercambiarnos. Ni provocandonos la misma herida lograríamos quitarles la suya.

Como es arriba es abajo, las leyes de esta realidad que vivimos se cumplen en todos sus estratos.

El dolor físico no puede ser intercambiado. El mental y el emocional tampoco. Es algo que tenemos que aprender.

En el plano físico es fácil de comprender, en el mental y en el emocional cuesta más aprender la lección.

La vida nos va enseñando por medio de nuestras experiencias. Todo tiene su porqué.

Los y las narcisistas son unas personas que no sienten como la mayoría. El dolor ajeno no les conmueve.

Esta indiferencia suele ser provocada por una carencia afectiva intensa en la infancia, que no superaron… se construyeron una coraza de insensibilidad. 

Encerraron su herida, no la sanaron… y les duele siempre.

No ven en los demás a sus iguales, ven a sujetos útiles para sus deseos, sin importarles el sufrimiento que su abuso pueda causarles.

Son conscientes de que, su coraza, les impide de sentir unos sentimientos maravillosos que otros sí sienten, y que les aportan calidez al alma…  les envidian porque ellos no pueden sentirlos.

Esto les hace excepcionalmente peligrosos.

Si no pueden sentir esta calidez del alma, que les provoca vacío emocional…su empeño será destruir la  de quienes sí la sienten.

Como todo tiene su porque, los narcisistas tienen también su utilidad en esta escuela  que es la Vida.

Nos enseñan a comprender que el dolor no puede ser traspasado de uno a otro, en ninguna circunstancia.

Una vez comprendido, el dolor ajeno despierta la compasión sin autodestrucción.

Los narcisistas buscan, para ser utilizadas para sus fines, a personas sensibles al dolor ajeno, que aún no controlan este don.

Estás, sienten el dolor del narcisista y su empatía les impele a querer ayudar a sanar el dolor que perciben , poniendo en ello todo su empeño.

Si se empeñan ciegamente en sanarlos, acaban también  sufriendo mucho… pero sin quitarle un ápice de dolor al otro.

El empático  sufrirá  hasta que  logra comprender lo inútil de su esfuerzo.

En este tránsito el empático aprende a amarse… a respetarse y cuidarse.

El narcisista no quiere ser sanado, sabe que sanarse las heridas significa mucho dolor que no está preparado para sentir…  quiere enfermar al empático para que este tampoco sea feliz. Obtiene placer en ello. Le da sensación de poder.

Solo en casos muy excepcionales es posible que logren comprender lo absurdo y perjudicial de su comportamiento, entonces podrán controlar sus impulsos de destrucción y autodestrucción.

En estos casos excepcionales lograran encontrar, por fin, la paz y sanar su trauma emocional… pero tendrán que esforzarse en no recaer… en no sucumbir al impulso de dominar y destruir, que les hace sentir poderosos.

Los narcisistas enseñan a los empáticos que, su sensibilidad… un don muy preciado… para captar los sentimientos ajenos, a de ser controlado. 

Que dejar de amarse… cuidarse y respetarse,  en aras de sanar un mal ajeno, que por más que se empeñen no pueden lograr, es absurdo.

Nadie sale beneficiado.

Un médico tiene por finalidad curar a su paciente, pero seria absurdo que no se  protegiese de ser contaminado, mientras lo hace. 

El empático que ya controla su don, es una persona que ha sufrido mucho, pero lo ha superado. No culpa a los demás de sus males, comprende el dolor y se compadece del sufrimiento ajeno.

Sabe que el dolor del narcisista no es su dolor y que, por más que el empático sufra, no puede quitarle ni un gramo de dolor al narcisista.

El empático puede ayudar a sanar las heridas… el vacío del alma del narcisista, porqué ya ha pasado por este trance, es consciente de su sufrimiento y desea ayudarle en lo que pueda.

El empático que ya ha comprendido esta verdad, siente el dolor ajeno… con compasión, no con impotencia o desespero.

Si, es mucho más fácil comprenderlo en el plano físico que en el mental y el emocional.

Venimos a experimentar el Amor, venimos a aprender a amarnos.

En la gran escuela  que es la Vida, todos somos a la vez maestros y alumnos.

Todos somos igual de necesarios. 

Empáticos y narcisistas cumplen su función para el bien de todos. A nivel almico todos estamos comprometidos en ayudarnos mutuamente. 

A nivel almico no hay víctimas y verdugos, no hay buenos y malos…todos interpretamos el papel más adecuado para lograr experimentar, entre todos, el amor en su plenitud en este plano. Sentirnos víctimas o verdugos, clasificarnos en buenos y malos… es parte del aprendizaje.

Para poder escoger amar… hemos de poder escoger odiar.

Te agradeceré comentes mis reflexiones, juntos aprendemos.

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