Hombres y mujeres murmuran entre ellos, porque han convertido un gesto sagrado en un acto pecaminoso, Este es el mundo en el que vivimos. Si los cuerpos simplemente se unen, no hay sexo…solo placer. El sexo va mucho más allá del placer. En él caminan juntos la relajación y la tensión, el dolor y la alegría, la timidez y el coraje de ir más allá de los límites.
El acto de la entrega significa- Yo confió en ti.
Y aunque eso provoque grandes transformaciones en nuestro mundo, no tenemos nada que perder, porque ganamos el amor total, abrimos la puerta que une el cuerpo y el espíritu.
Olvidemos lo que nos enseñaron: de que es noble dar y humillante recibir. Porque, para la mayoría de las personas, la generosidad consiste solo en dar. pero recibir es también un acto de amor. permitir que el otro nos haga feliz también lo hará feliz a él.
En el acto sexual, cuando somos excesivamente generosos y nuestra mayor preocupación es la pareja, nuestro placer puede disminuir o desaparecer. Cuando somos capaces de dar y recibir con la misma intensidad, el cuerpo se pone tenso como la cuerda de un arco, pero la mente se relaja, como la flecha que se prepara para que el arquero la dispare. El cerebro ya no maneja el proceso; el instinto es el único guía.
Cuerpo y alma se encuentran y la Energía Divina se esparce. Todo lo que es espiritual se manifiesta de forma visible, todo lo que es visible se transforma en energía espiritual.