Cuanto más fortalecemos a los demás, más poderosos nos volvemos nosotros mismos.
Parece un contrasentido pero no lo es.
Quien considera a los demás sus adversarios, quien lucha por ser el más fuerte, el más poderoso, el que acapara bienes… esta manifestando su debilidad. De lo esencial hay mas que suficiente para todos.
Cuando nos sentimos fuertes comparándonos con los demás… de alguna manera intentamos debilitarlos. Tememos su fortaleza porque creemos que esto nos debilita.
Una persona realmente fuerte no se compara con nadie. una persona realmente fuerte sabe que uno y uno suman mucho mas que dos. Una persona débil busca ser el uno…y que los demás no lleguen ni a eso para no ensombrecerle.
Vivimos en un mundo despiadado en los que unos pocos acaparan los bienes esenciales de todos para someterlos. Los estudios psicológicos nos dicen que intentamos acaparar de lo que tenemos carencias. Estas carencias pueden ser afectivas, de sustento, de conocimiento…
Un mundo en el que todos tuviésemos los bienes necesarios para nuestro desenvolvimiento en la Tierra, donde pudiéramos dedicarnos al bien común y no a las luchas de poder o sobrevivencia seria el cielo en la Tierra.
Una persona fuerte lo demuestra en cada uno de sus actos…y la débil también, por más fuerte que parezca. Tan débil es quien necesita ayuda para sobrevivir como quien intenta debilitar a otros.