Si no estas bien contigo mismo, no puedes estar bien con nadie.
Vivimos mirando hacia fuera, pero sentimos desde dentro.
Atrévete a enfrentarte al silencio. Hoy pocos lo resisten.
El ruido… nos aturde y nos impide pensar.
Los estímulos, a cual más llamativo… nos atrapan la atención e idiotizan.
Párate, aunque sea por unos instantes y mira a tu alrededor… observa, fíjate en cuantas personas se sienten: serenas, felices, ilusionadas, preocupadas, iracundas, desgraciadas, resignadas, impotentes o alienadas… fíjate especialmente en los niños.
Reflexiona en que grupo estas tu… y en los motivos que te han llevado a estar donde estas. Toma conciencia, si deseas cambiar de grupo, del esfuerzo y beneficios que conlleva.
Cuando nacemos no pensamos, solo sentimos. Cuando aprendemos a pensar, lo hacemos condicionados por como nos sentimos.
Como nos sentimos nos ira marcando durante toda nuestra vida. Es nuestra brújula. Si, por cualquier motivo nos empeñamos en ignorarla, la insatisfacción está garantizada.
Los bebes lloran cuando no se sienten bien. Proclaman su malestar y exigen que se les atienda. Si sus necesidades no son atendidas… aprenden a reprimirlas. Las represiones provocan traumas.
Muchos adultos también lloran cuando no se sienten bien, solo que han aprendido a hacerlo en silencio. Acallan su malestar y no tienen esperanzas de que se les atienda.
Aprende a cuidarte y sentirte bien. Sigue tu brújula.
Los bebes, como son dependientes, no pueden… los adultos si.
Un bebe feliz es aquel que tiene sus necesidades satisfechas: comida, limpieza, salud… y afecto…. y lo manifiesta sonriendo… y muchas veces ríe a carcajadas, que contagian de alegria a quienes le rodean.
Los adultos, solo valoramos la importancia del afecto… cuando, con todas nuestras necesidades físicas resueltas, no nos sentimos bien con nosotros mismos.
Y aún, habiendo reconocido su importancia… las posibles carencias que arrastramos de nuestra infancia, pueden impedirnos manifestarlo.
El afecto implica dar y recibir, es el nosotros… el yo, como prioridad, lo imposibilita.
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